16/6/08

Age of Conan; Primeras impresiones



El pasado día 23 se abrieron los servidores para los jugadores que no teníamos acceso preferente y a pesar de que he tenido poco tiempo para jugar ya podemos comentar las primeras impresiones y opiniones acerca de este esperado juego. Lo primero que tengo que decir es que prácticamente solo he podido jugar el tutorial. En Age of Conan este tutorial es una zona muy reducida del mundo en la que completar ciertas misiones tanto en solitario como en grupo y que una vez llegados al nivel 20 podremos acceder al resto del mundo en un juego de rol online clásico. Así que debido a lo limitado de la experiencia vamos a centrarnos en puntos muy concretos y funcionales.

La cuota. Sí amigos, como todo MMORPG tiene una cuota mensual de 15€. Nada grave y similar en coste a otros como WOW.

Solo existe por el momento un servidor en español. Zingara es además un entorno PVE y el combate PVP se limita solo a las zonas fronterizas y supongo que son de alto nivel. Por el momento los desarrolladores están planteando un sistema Culture PVP en algunos servidores de testeo lo que significara que el PVP se realizara entre razas de jugadores con lo cual los clanes, y este es un punto sin aclarar, con varias razas entre sus jugadores podrían tener algunos problemas. Cada jugador puede crear un máximo de 8 pj’s por servidor lo que es muy de agradecer.

El motor grafico es sin duda una novedad en este tipo de juegos. Se han centrado mucho en darle bastante nivel de realismo pero por el momento contiene numerosos bugs y problemas de rendimiento que esperemos que se solucionen con sucesivos parches. El hardware necesario para mover este juego a más de 30fps es de última generación. Todos los chips gráficos integrados en portátiles (sobre todo de intel) están poco recomendados y parece que están dando bastantes problemas a sus usuarios.

La interfaz de control es bastante cómoda con suficiente información y accesos a las habilidades. Si hay que destacar que el sistema de chat es bastante malo. Con una ventana y un control sobre ella un poco incomodo. Además por el momento no se pueden crear canales privados.

Las misiones, al menos en la zona limitada de la Isla de Tortage, son bastante simples. En Age of Conan habrá ocasiones en que algunas misiones solo podrás realizarlas estando solo. En ese momento se activara el modo nocturno. Estas misiones al menos en la parte del tutorial son las que le dan más entretenimiento al juego. Tengo que añadir que por suerte el sistema de misiones incluye un estupendo modo de localizarlas mediante indicaciones en los mapas.

El numero de razas y clases es bastante atractivo y diversificado y a buen seguro satisfará a los más exigentes aunque se han limitado a incluir tres prototipos básicos. Guerreros, magos y sacerdotes con diferentes variaciones dependiendo de la raza.

El combate es la más importante de las novedades de Age of Conan. Se trata de un sistema de combate en tiempo real que no solo se limita a las combinaciones de habilidades sino que depende de a que parte del cuerpo golpeamos. Las defensas de los enemigos varían de dirección y por tanto el daño infligido sobre ellos con nuestros golpes y combos también varia. Cabe decir que nuestras defensas también se pueden modificar pero hacerlo manualmente es algo complicado y por el momento la única manera factible que se me ocurre es mediante macros.

Lo peor de Age of Conan es el tipo de contenedor elegido para los datos y las actualizaciones. El espacio requerido va desde los 27GB para la instalación y hasta los 30GB tras varias actualizaciones como se ha podido ver durante la fase beta de testeo.Tras la descarga de la actualización no tendremos un archivo añadido o un ejecutable para poder usarla por ejemplo tras un reinicio. Sino que se agrega a los archivos ya instalados. Confió en que para esto dispongan de un método alternativo ya que sino tras unos cuantos parches de contenidos la experiencia de reinstalarlo podría ser realmente traumática al tener que descargar en la primera actualización varios GB de datos.

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